Un grupo de investigadores de la Universidad de Duke logró dotar de
visión infrarroja a ratas de laboratorio, mediante un proceso en el que
están implicados unos electrodos conectados al cerebro de cada animal.
Lo que podría parecer sacado de un filme se ha vuelto realidad y estos
roedores ahora cuentan con un sensor infrarrojo instalado en sus
cabezas.
La primera etapa del experimento consistió en el
entrenamiento de un grupo de ratas, que se acerca a los llamados
“puertos de recompensa” cada vez que una luz LED se enciende en ellos.
Después, los científicos implantaron una red de electrodos en la región
sensible al tacto del cerebro de cada roedor. De esta manera, los
electrodos fueron conectados a un sensor infrarrojo, montado
quirúrgicamente en la cabeza de las ratas.
Después de la primera
parte de la investigación se reemplazaron las luces LED de estos puertos
por luces infrarrojas. En un inicio, cada vez que el sistema infrarrojo
era encendido, las ratas se rascaban el rostro, ya que la señal
equivalía a la sensación de que algo tocara sus bigotes. Sin embargo,
luego de un mes, las ratas comenzaron a responder a estas luces de la
misma manera en que lo hacían con las LED convencionales, adaptándose
así las células involucradas al nuevo trabajo, conservando las dos
funciones.
Este experimento busca explorar el potencial de las
neuroprótesis sensoriales para compensar y aliviar cualquier déficit
sensorial, ya sea de manera natural o provocado por otras causas.
Asimismo, representa un mayor entendimiento a la relación entre cerebro,
ordenador y las interfaces que buscan conectar a ambos.